
Carta a mi madre muerta
Querida mamá:
O muy joven.
O estaba demasiado enamorada de la vida…
O acuciada por el amor o por la falta de tiempo.
Y en lugar de ver la incertidumbre en tus pasos, sólo quise demostrarte mi fuerza y mi capacidad de avanzar hacia mis sueños.

Pensando que tú no tenías fuerza, te rendías, no presentabas batalla.
Y ahora veo tu rendición y me duele en el pecho, querida mamá.
Porque nunca te la agradecí.
Unos ojos que brillaban al mirarme con ese enamoramiento de las madres.
Para mi tu amor era mi derecho de hija, y lo exigía ciegamente.
Y me enfadaba si no lo conseguía.
Y no supe ver nada más en ti.
Y yo no entendía por qué.

Y entretanto yo seguía buscando que me confortaras y que me acunaras.
No me di cuenta tampoco entonces de tu orfandad y de tu soledad.
No vi lo valiente que eras para vivir sin que nadie te acunara.
Ahora a veces sonrío al verte en mi reflejo en los escaparates, en mis párpados caídos.
ni puedo hacer nada para volver allí y cambiarlo y…
…tampoco estoy nada segura de que hacerlo mejorara tu vida sin destruir la mía.
Y tomar en mi corazón todo lo que pasó.
Ahora veo que tu fragilidad hizo que yo decidiera conectar con mi fuerza.

Porque al verlo en ti decidí transformarme en temeraria y atravesar el mío como quien cruza descalza un faldón de brasas encendidas.
Me he vuelto una adicta a la realidad tal como es.
Y honrar todo lo que hiciste por mi para que yo pudiera aprender a caminar.
De ningún modo podrías haber sido mejor, ahora me doy cuenta.
Gracias por todo lo que hiciste por mí.
Pilar Rodríguez-Castillos
Soy Pilar Rodríguez-Castillos y ayudo a mujeres inteligentes, sensibles y perceptivas, a encontrar el verdadero significado de sí mismas y a emprender el camino hacia la Realización Plena y hacia el Pleno Bienestar.
Y lo hago sin empujarles al pensamiento mágico, ni a las creencias sin fundamento, a través de la comprensión de la energía que mueve los hilos de sus vidas.

